
Janaína Prazeres, una modelo brasileña de 35 años, fue nombrada como «la mujer más bella del mundo» en 2024 por la revista PlayBoy de Noruega, tras una selección basada en inteligencia artificial. Su vida sentimental parece no haber sido tan exitosa como su carrera, por lo que ha decidido buscar pareja, pero bajo estrictas condiciones. No basta con la química o la compatibilidad emocional: Prazeres tiene expectativas claras y no está dispuesta a ceder en ellas. Vivir con los padres, un punto en contra © Instagram / @janaina3. Uno de los requisitos que más ha llamado la atención es que no aceptará candidatos que aún vivan con sus padres. Para ella, un hombre que no haya alcanzado la independencia es una señal de inmadurez. «Un hombre que todavía vive con su madre probablemente no tendrá la autonomía necesaria para una relación seria», afirmó en declaraciones recogidas por el diario británico The Sun. Prazeres considera que quienes no han dejado el hogar familiar están evitando asumir responsabilidades adultas, algo que, en su opinión, no encaja con una relación estable. Una cuota de belleza mensual © Instagram / @janaina3. Quizás su exigencia más polémica es la de una «cuota de belleza», un monto mensual de $4.000 libras esterlinas (alrededor de $5.000 USD). La modelo sostiene que las mujeres invierten tiempo y dinero en su apariencia para atraer a los hombres y, por lo tanto, espera que su futura pareja contribuya a esos gastos. «La tarifa de belleza que espero que me paguen cubre mis procedimientos estéticos, el cuidado del cabello, el mantenimiento diario, el entrenador personal y otras inversiones en mi apariencia», explicó. Para ella, esto no es más que una compensación justa por el esfuerzo que pone en mantenerse atractiva, argumentando que muchas mujeres lo hacen sin recibir nada a cambio. Exparejas en la mira © Instagram / @janaina3. Prazeres no solo tiene demandas para sus futuros pretendientes, sino también para aquellos que fueron parte de su pasado. La modelo considera que ha gastado demasiado dinero en su apariencia para sus relaciones anteriores, y ahora quiere recuperar lo que invirtió. «He perdido mucho tiempo y dinero invirtiendo en relaciones que no funcionaron. Pasé años cuidándome, cuidando mi apariencia, gastando en estética, ropa, gimnasio y, al final, me quedé con las manos vacías», aseguró. Por este motivo, está evaluando la posibilidad de demandar a sus exparejas para que cubran parte de esos gastos. Aunque esta medida puede parecer extrema, ella la ve como una manera de hacer justicia por el esfuerzo que ha puesto en sus relaciones fallidas. Desconfianza en las citas modernas © Instagram / @janaina3. Prazeres también ha manifestado su desconfianza hacia los hombres que usan demasiado las aplicaciones de citas. Según ella, estos suelen mostrar una actitud poco cortés y están más preocupados por su apariencia que por establecer una conexión real. Prefiere a quienes tienen un «estilo natural y robusto», con barba y un toque moderno, pero sin caer en excesos. Su ideal es un hombre que cuide su imagen sin obsesionarse con ella. ¿Cuánto está dispuesto a pagar el amor? La búsqueda de Janaína ha generado todo tipo de reacciones. Mientras algunos consideran sus exigencias excesivas, otros creen que cada persona tiene derecho a establecer sus propios estándares en el amor. Más allá de la controversia, lo cierto es que su enfoque ha puesto sobre la mesa un debate sobre el valor de la imagen personal en las relaciones y hasta qué punto se puede esperar que una pareja contribuya a ello.
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Autor: Martín Nicolás Parolari