
<span class="image__caption">El misterio de las 188 figuras medievales con huesos humanos halladas bajo Berlín. Foto: Berlin State Office for Monument Preservation / Christian Pérez</span>
Publicado por
Christian Pérez
Redactor especializado en divulgación científica e histórica
Creado:
16.02.2025 | 09:31
Actualizado:
16.02.2025 | 09:31
La ciudad de Berlín, con su vibrante modernidad y su historia turbulenta, acaba de añadir un nuevo capítulo a su pasado medieval con un hallazgo arqueológico sin precedentes. Durante una excavación en Molkenmarkt, la plaza más antigua de la capital alemana, arqueólogos han descubierto 188 figuras de cerámica del siglo XIV con una particularidad sorprendente: contenían fragmentos de huesos humanos, lo que sugiere que fueron utilizadas como relicarios. Este descubrimiento no solo revela detalles sobre la devoción cristiana de la época, sino que también plantea interrogantes sobre la función exacta de estos objetos y por qué se encontraban en tal cantidad en un mismo lugar.
Un depósito insólito de reliquias medievales
Molkenmarkt es una de las zonas más antiguas de Berlín y ha sido escenario de excavaciones desde hace varios años. Sin embargo, lo que los arqueólogos encontraron recientemente ha dejado perplejos incluso a los expertos en patrimonio. Bajo capas de tierra y escombros, apareció una colección de figuras de cerámica de unos ocho centímetros de altura, todas representando mujeres, algunas coronadas y otras sin corona. Lo más llamativo es que estas figurillas estaban diseñadas con una cavidad circular en el pecho, donde se encontraron incrustaciones de huesos humanos.
Este tipo de figuras no es común en contextos arqueológicos de la región, lo que hace que el hallazgo sea aún más enigmático. Su uso como relicarios sugiere que podrían haber sido objetos de devoción personal, pequeños altares portátiles utilizados por fieles o incluso artículos vendidos en peregrinaciones. El gran número de figuras encontradas en un mismo punto también sugiere la posibilidad de que se tratara de un depósito intencional, pero los motivos exactos siguen siendo un misterio.
La Virgen con el Niño Jesús. Foto: Berlin State Office for Monument Preservation
Santas, mártires y devoción medieval
Además del conjunto de reliquias, los arqueólogos descubrieron dos figuras más grandes de gran valor histórico y artístico. Una de ellas es una estatua de Santa Catalina de Alejandría, de 11 centímetros de altura y hecha de arcilla blanca. La santa es representada con sus atributos característicos: una espada y una rueda, símbolos de su martirio. Santa Catalina fue una de las figuras más veneradas del cristianismo medieval, considerada protectora de los intelectuales y los perseguidos.
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La otra figura encontrada representa a la Virgen María sosteniendo al niño Jesús. A pesar de que la cabeza de la imagen se ha perdido, los detalles en la cerámica sugieren que María sostenía una manzana en su mano derecha, un símbolo cristiano asociado con la redención y la conexión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Estos hallazgos arrojan luz sobre la vida religiosa de la Baja Edad Media en Berlín, un periodo en el que la veneración de santos y reliquias jugaba un papel crucial en la espiritualidad de la población. Para los creyentes de la época, poseer una reliquia, aunque fuera en forma de un pequeño fragmento de hueso, significaba una conexión tangible con lo divino.
¿Por qué estaban ahí? Las hipótesis detrás del hallazgo
La gran incógnita que rodea este descubrimiento es la razón por la cual tantas figuras se encontraban juntas en un mismo punto. Una de las teorías sugiere que podrían haber pertenecido a una iglesia o convento cercano, donde se habrían utilizado en prácticas devocionales y, posteriormente, habrían sido enterradas de manera deliberada.
Otra hipótesis apunta a que las figuras pudieron haber sido objetos comerciales, vendidos a peregrinos o creyentes, y que, por alguna razón desconocida, un comerciante o grupo religioso decidió deshacerse de ellas. El hecho de que muchas de las estatuillas carezcan de cabeza sugiere que pudieron haber sido retiradas del culto activo en algún momento.
También se especula con la posibilidad de que el entierro de estas reliquias estuviera relacionado con la Reforma Protestante, que en el siglo XVI promovió el rechazo a la veneración de santos y reliquias en favor de una interpretación más directa de la fe cristiana. En este contexto, los objetos podrían haber sido ocultados o descartados para evitar su destrucción.
Una figura de Santa Catalina de Alejandría sosteniendo una espada y una rueda, adornada con una corona. Foto: Berlin State Office for Monument Preservation
Molkenmarkt: un tesoro arqueológico bajo la ciudad moderna
El descubrimiento de estos relicarios no es un caso aislado en Molkenmarkt. Desde que comenzaron las excavaciones en la zona hace cinco años, los arqueólogos han encontrado más de 600.000 objetos históricos, que van desde restos de estructuras medievales hasta artefactos exóticos como una espada samurái del siglo XVII, hallada entre los escombros de la Segunda Guerra Mundial.
Este nuevo hallazgo añade una pieza más al complejo rompecabezas de la historia de Berlín y nos recuerda que, bajo las calles de la ciudad moderna, yacen vestigios de un pasado en el que la fe, el arte y la vida cotidiana estaban profundamente entrelazados.
Un vistazo al pasado que desafía el presente
Las 188 figurillas descubiertas en Molkenmarkt ofrecen una ventana única al mundo de la devoción medieval, donde la fe se manifestaba a través de objetos tangibles que hoy nos resultan enigmáticos. A medida que los investigadores analicen más de cerca los restos óseos encontrados en las figuras, es posible que se desvelen nuevos datos sobre las identidades de las personas a quienes pertenecieron esos fragmentos y sobre su significado en la cultura de la época.
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En un mundo donde la fe y la superstición han cambiado radicalmente, estos pequeños relicarios nos recuerdan una época en la que lo divino estaba presente en los objetos más cotidianos. La historia de Berlín sigue escribiéndose, no solo en sus edificios y documentos, sino también en los secretos que yacen bajo sus calles, esperando ser descubiertos.
Fuente:
Autor: christianperez