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¿Alguna vez has reflexionado sobre cómo los valores de tu organización afectan cada decisión que tomas? En nuestra conversación anterior exploramos la importancia de la misión y la visión como elementos estratégicos esenciales. Hoy, damos un paso más allá para abordar un tema que conecta y da sentido a ambos: los valores. Estos no son solo principios éticos; son el eje que impulsa la coherencia en tu estrategia y la resiliencia de tu organización frente a los desafíos del mercado.
En palabras de Richard Rumelt, una estrategia bien diseñada no solo aborda desafíos, sino que lo hace con claridad y coherencia. Esto resulta imposible sin valores bien definidos que actúen como brújula, guiando las acciones de tu equipo hacia objetivos compartidos sin perder la autenticidad que los distingue.
Los valores no son un accesorio estratégico; son el corazón que late detrás de cada plan de acción. Estudios de Deloitte y Harvard Business Review confirman que las empresas con valores sólidos tienen entre un 25% y un 30% más de probabilidades de crecer de manera sostenida y de retener al mejor talento. En América Latina, donde el mercado fluctúa constantemente, los valores permiten a las organizaciones ser auténticas y flexibles al mismo tiempo.
Yuval Noah Harari lo explica claramente: los valores son narrativas colectivas que crean un sentido de pertenencia y cohesionan esfuerzos en todos los niveles de la empresa. Cuando están alineados con la misión y visión, los valores transforman a las organizaciones en ecosistemas resilientes, capaces de enfrentar el cambio y la incertidumbre sin perder el rumbo.
Cómo integrar los valores en tu estrategia
1. Hazlos tangibles y auténticos: Según Adam Grant, los valores deben reflejar lo que una organización realmente es, no lo que aspira a ser. Haz un análisis interno profundo: ¿los valores que defines se ven reflejados en la cultura y las decisiones diarias? Ejemplos como Grupo Bimbo demuestran cómo valores claros, como la responsabilidad social y la sostenibilidad, impulsan tanto su éxito como su impacto social.
Asegúrate de que tus valores se expresen en políticas concretas. Si dices que valoras la innovación, establece incentivos claros para ideas disruptivas en tu equipo.
2. Usa los valores como filtro para decisiones: Grant enfatiza que los valores deben actuar como brújulas en decisiones complejas. Harari complementa diciendo que, en un mundo digitalizado, los valores deben ser herramientas que distingan lo prioritario de lo secundario.
Antes de tomar decisiones críticas, pregunta: “¿Esto refleja nuestros valores?”. Este enfoque no solo alinea a tu equipo, sino que construye confianza con tus interesados clave (accionistas, consejeros, integrantes de la junta directiva, colaboradores, aliados estratégicos, proveedores y medios de comunicación).
3. Incorpora los valores en la narrativa empresarial: Malcolm Gladwell destaca que las historias alineadas a valores conectan emocionalmente con colaboradores y consumidores. Las empresas certificadas como B Corp, cuya misión es usar los negocios como una fuerza para el bien, comparten una visión de un sistema económico inclusivo, equitativo y regenerativo para todas las personas y el planeta. Sus valores centrales, como la sostenibilidad, la transparencia y el compromiso con el impacto social, han demostrado ser un diferenciador poderoso en mercados sobresaturados, atrayendo clientes leales y conscientes.
Comunica constantemente tus valores a través de historias reales de impacto. Esto no solo fortalece la cultura organizacional, sino que también mejora la percepción externa de tu marca, alineándola con una comunidad global que prioriza un propósito más allá de las ganancias.
4. Evalúa y ajusta los valores periódicamente: En un entorno cambiante, los valores no deben ser rígidos. Gladwell y Harari, en sus respectivos campos de especialización, coinciden en que revisarlos periódicamente garantiza su relevancia y utilidad estratégica.
Dedica una sesión anual para evaluar si los valores aún representan tu propósito y ajusta según las nuevas realidades del mercado.
Valores como ventaja competitiva: crecer sin diluirse
El movimiento B Corp ilustra cómo los valores pueden integrarse en el crecimiento sin comprometer la autenticidad. Esta organización ha logrado combinar rigor ético con flexibilidad estratégica, permitiendo a sus miembros expandirse manteniendo sus principios. Este enfoque demuestra que los valores bien estructurados no solo ayudan a crecer, sino que también diferencian en un mercado saturado de opciones similares.
Ejemplo práctico: si tu empresa planea expandirse a nuevos mercados, diseña un plan de integración que priorice la preservación de tus valores esenciales.
Construyendo una estrategia completa: misión, visión y valores
Incorporar valores claros no es una tarea sencilla, pero es fundamental para lograr una estrategia robusta. Son el puente que conecta la misión (tu propósito) con la visión (tu aspiración futura). Sin ellos, cualquier plan estratégico carece de coherencia y dirección.
Como lo demuestra el caso de Bimbo, integrar valores en la estrategia genera beneficios tangibles: desde una mayor lealtad del cliente hasta la diferenciación en mercados competitivos. Esto reafirma que los valores no son solo principios éticos; son activos estratégicos que deben gestionarse con rigor e intencionalidad.
En América Latina, la integración de valores sólidos en la estrategia empresarial ha demostrado generar beneficios significativos. Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las empresas que adoptan prácticas de responsabilidad social corporativa, alineadas con valores éticos, experimentan un incremento promedio del 20 % en su rentabilidad y una mejora del 30 % en la satisfacción de sus colaboradores. Además, un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca que las organizaciones con una cultura basada en valores claros tienen un 40 % más de probabilidades de atraer inversiones extranjeras directas, debido a la confianza que generan en los mercados internacionales. Estos datos subrayan la importancia de incorporar valores auténticos en la narrativa empresarial, no solo como un diferenciador en mercados competitivos, sino también como un motor de crecimiento sostenible y reputación positiva en la región.
El futuro de tu organización dependerá de tu habilidad para integrar valores auténticos en cada nivel estratégico. No subestimes el poder transformador de estos principios. Al alinearlos con la misión y visión de tu empresa, no solo fortalecerás tu cultura organizacional, sino que también construirás una ventaja competitiva duradera.
(*) El autor es estratega, mentor, conferencista, articulista y socio director de Estrategias Inteligentes de Desarrollo. Síguelo en LinkedIn.
Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Fuente:
Autor: Ricardo Escorihuela