
<div class="GallerySlideFigCaption-dOeyTg dJsBXf"><div class="GallerySlideCaptionCreditWrapper-houOem IifDB">Plumeria</div><div class="GallerySlideCaptionPreHeaderOneWrapper-eNQNbj eDhbAa"><span data-testid="GallerySlideCaptionPreHeaderOne" class="GallerySlideCaptionPreHeaderOne-vAlI dmCbya">1/43</span></div><h2 class="BaseWrap-sc-gjQpdd BaseText-ewhhUZ GallerySlideCaptionHed-fiZQOl iUEiRd bIqiJH grNYxq"><span class="GallerySlideCaptionHedText-iqjOmM jwPuvZ">La boda se celebró en el <strong>Invernadero del Pazo de Santa Cruz</strong></span></h2><div data-testid="GallerySlideCaptionDekContainer" class="GallerySlideCaptionDekContainer-hLUdt gSWuis"><div class="GallerySlideCaptionOffers-fsTPbf jVwIJB"><div class="GallerySlideCaptionCtaBlock-ktoFJX hyzvNa"></div></div></div></div>
Una boda en las Rías Baixas: el sueño de Andrea y Brais se hace realidadLas vidas de Andrea y Brais estaban destinadas a cruzarse en algún momento. Ambos habían estudiado en Galicia e Italia, e incluso se mudaron a Madrid el mismo año, sin embargo no fue hasta el 2021 que se conocieron durante un ‘tardeo’ en la capital, dando inicio a un romance que los llevaría a casarse tres años después en la idílica costa de Bueu, Pontevedra.La pedida de mano fue el 13 de diciembre de 2023. “Fue lo más romántico que podría haberme imaginado”, dice la novia. “Brais quería pedirme matrimonio en un lugar especial que pudiésemos recordar cada año, así que un día de máxima lluvia, me preguntó si quería ir a dar un paseo por la costa. Yo sabía que había algo raro, pero con el paraguas y el plumas nos fuimos a la Playa de Foxos. Allí solo había un señor pescando y nosotros. Nos pusimos a cubierto en la capilla de La Lanzada y Brais sacó una botella de vino y unas copas, así como la cajita azul más especial del mundo”, relata Andrea sobre cómo Brais le otorgó el anillo de pedida de Tiffany & Co que, menos de un año después, llevó el día de su boda.PlumeriaPlumeriaSe casaron el 30 de agosto de 2024 en el Invernadero del Pazo de Santa Cruz, un lugar único con jardines E inmejorables vistas a la ría de Pontevedra.“Fue un día de ensueño, aunque confieso que los nervios y la preocupación nos acompañaron durante toda la preparación, ¡sobre todo por el tiempo! Éramos muchos invitados y el plan B no lucía tanto como casarnos en el bosque del pazo, con las vistas a la ría de Pontevedra, poder hacer el aperitivo al sol… ¡y llevar a los invitados en barco desde Sanxenxo! Afortunadamente, el tiempo fue el mejor regalo: pudimos disfrutar de una preciosa ceremonia con sol, bailar y cantar al ritmo de la banda de Carlos Fesser durante el aperitivo y tener una cena y fiesta maravillosa”, confiesa Andrea. “Recuerdo con especial emoción la entrada a la ceremonia del brazo de mi padre, ver la cara de Brais esperándome en el altar, las lágrimas de emoción de amigos y familiares, los discursos de nuestros seres queridos… ¡y la entrada al banquete! Fue un subidón de adrenalina increíble. También la entrega del ramo a mi hermana y el baile con Brais. Pensábamos que iba a ser incómodo, pero fue un momento súper especial y romántico que no olvidaremos jamás. Sin duda, los nervios de la preparación valieron 100% la pena”, zanja.Una decoración sencilla, silvestre y románticaCon la ayuda de los wedding planners del Invernadero del Pazo de Santa Cruz, Brais y Andrea tuvieron su boda de ensueño. Tal y como explican los novios, la belleza de este lugar es tan grande que apostaron por una decoración sencilla y romántica para no sobrecargarlo. Con una paleta de colores centrada en el blanco y el verde, los novios consiguieron una atmósfera romántica y fresca, en sintonía con la belleza natural del entorno y la esencia del verano gallego.
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Autor: Tatiana Ojea