
<p class="caption-title ">Un soldado ucraniano en Irpín )</p> <span class="caption-author ">SERGEI SUPINSKY / AFP</span>
Ver para creer. Estados Unidos se unió al Kremlin, Bielorrusia, Corea del Norte y otros 14 países amigos de Moscú para votar en la Asamblea General de las Naciones Unidas contra una resolución en la que se condena la agresión de Rusia en Ucrania y se solicita el retorno de los territorios ocupados, a los tres años de la invasión ordenada por el presidente Putin.
La resolución, que se aprobó por una mayoría abrumadora, fue presentada por Ucrania y contaba con el apoyo de prácticamente todos los países europeos (Hungría se alineó con Rusia). El voto estadounidense muestra el cambio de sentido en la administración de Donald Trump, capaz de alinearse con el enemigo y situarse en contra de sus aliados históricos.
Todo esto acontece después de que el presidente estadounidense mostrara sintonía con su homólogo ruso, propagara la falsedad de que la guerra la inició Ucrania y calificara a su mandatario Volodímir Zelenski de dictador mientras que solo tuvo homenajes para Putin, el verdadero dictador.
La diplomacia de Trump, tras intentar rebajar el tono del lenguaje en esa resolución, votó en contra e introdujo la suya propia en la que simplemente se pide el fin del conflicto. Las dos medidas pasaron, pero al votar junto a Rusia en contra de Europa se produjo una enorme ruptura, nunca vista en este caso.
Los acuerdos de la Asamblea General carecen de valor ejecutivo. Son solo una declaración de intenciones pero que en esta ocasión, en este tercer aniversario, permite a Rusia obtener una victoria moral y sacar pecho como no lo había hecho antes gracias al supuesto rival geopolítico, una vez se ha reconvertido.
Las tres páginas de la resolución presentada por Ucrania solicitan “una paz justa, comprensiva y duradera”, así como la rendición de cuentas por Rusia debido a su invasión y a los crímenes de guerra. En cambio, el texto de EE.UU. no menciona la agresión rusa ni condena la invasión. Solo implora la paz.
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Autor: Francesc Peiron Arques