
Los juegos de terror han explorado múltiples escenarios, pero pocos logran transmitir la sensación de aislamiento y peligro como los ambientados en las profundidades del océano. Hell Dive es una propuesta que, aunque toma inspiración en Iron Lung, desarrolla su propia identidad. Con una mezcla de exploración, tensión psicológica y una narrativa inquietante, este título desafía a los jugadores a enfrentar lo desconocido mientras intentan restaurar una instalación submarina abandonada. Una misión que esconde algo más En Hell Dive encarnas a Daniel, un operador marítimo encargado de reactivar COLONY 1265, una instalación minera y de investigación sumergida en el océano. Equipado con un pequeño submarino y asistido por la inteligencia artificial VIRGIL, debes recorrer siete estaciones interconectadas para restaurar sus sistemas. Sin embargo, a medida que avanzas, el verdadero propósito de la misión se vuelve más confuso y una presencia desconocida comienza a manifestarse en la oscuridad. © GENuINE993 Lo que hace interesante a Hell Dive es cómo juega con las expectativas del jugador. Al principio, parece un título centrado en la navegación submarina a través de estrechos túneles, similar a Iron Lung, pero pronto revela una mecánica más centrada en la exploración y resolución de problemas dentro de las estaciones. Además, la gestión de recursos, como el combustible y la batería de la linterna, sugiere que la supervivencia será un desafío, aunque la recolección de suministros resulta más accesible de lo que aparenta.
Explorando lo desconocido Cada estación en Hell Dive se convierte en un laberinto donde la misión consiste en encontrar y reactivar motores desactivados. La estructura de los niveles es simple, pero la ambientación cambia en cada estación, presentando escenarios como un matadero, una mina, un hospital, una guardería e incluso un hotel inspirado en El resplandor. Si bien los temas de terror utilizados son bastante convencionales, el juego logra sorprender con momentos de tensión bien ejecutados y sustos colocados estratégicamente.
Uno de los puntos más destacados es su atmósfera. A pesar de contar con gráficos simples y algo toscos, logra generar una sensación de inquietud comparable a la de The Backrooms. Los espacios abandonados transmiten una sensación de soledad, pero al mismo tiempo, cada nivel introduce una amenaza diferente, obligando al jugador a mantenerse en constante alerta. No se trata de un juego de horror psicológico en su totalidad, sino más bien de una experiencia que recuerda a los clásicos walking simulators, donde el terror se construye a través del entorno y la incertidumbre.
Luces y sombras en las profundidades Aunque Hell Dive logra sumergir al jugador en su atmósfera opresiva, presenta algunos problemas evidentes. Uno de los aspectos más frustrantes es la configuración de brillo predeterminada, que hace que el juego sea prácticamente injugable hasta que se ajusta manualmente.
© GENuINE993 Otro punto que podría haberse desarrollado más es la historia. Si bien la premisa es interesante, la trama se siente desaprovechada y el trasfondo del protagonista carece de profundidad. Esto se refleja en un final abrupto que deja más preguntas que respuestas, restando impacto al desenlace. Una experiencia corta pero intensa Hell Dive es un juego de terror breve pero efectivo. Mezcla referencias conocidas con ideas propias, creando una experiencia inmersiva que se puede completar en una sola sesión. Aunque su historia podría haberse desarrollado más y algunos aspectos técnicos necesitan mejoras, sigue siendo una opción interesante para quienes buscan un juego corto con una atmósfera inquietante.
[Fuente: Indie Games]
Fuente:
Autor: Thomas Handley